Conciertos

 

19-01-2017

The Rubinoos. Wurtlizer Ballroom, Madrid


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Sinceramente hemos perdido la cuenta de por cual juventud van los Rubinoos. Segunda, tercera, cuarta… o muy posiblemente sigan en la primera, la de verdad, la eterna. La de la efervescencia pop capturada en cada una de las píldoras con las que la banda de Jon Rubin lleva más de 40 años alegrando la vida de su numerosa legión de fans repartidos por todo el globo, siendo España uno de los territorios donde encuentran mayor fidelidad, y es que no es ningún secreto ni creemos pecar de chauvinistas si reconocemos que nuestro país es especialmente sensible y respetuoso con este tipo de bandas de larga trayectoria, las cuales en vista de la respuesta del público no dejan de visitarnos con frecuencia. En el caso de The Rubinoos llevan años disfrutando de una feliz relación con nuestro país y ahora que el sello italiano Wild Honey ha tenido a bien recopilar los larga duración de la banda  en hasta el momento dos compilaciones no iban a dejar pasar la ocasión para obsequiarnos con sus excelencias en una extensa gira por la península de la mano de Producciones Barbudas, apoyados para su doble concierto en Madrid por Pop Producciones en dos salas que parecen encajar como un guante para la filosofía y sonido rubiniano como son el Wurlitzer Ballroom y la Moby Dick.

 

Acudimos a la sala de la calle Tres Cruces, donde los californianos son ya unos clásicos (que yo recuerde han tocado al menos tres veces en este garito, pero posiblemente haya habido alguna más) Con una carrera de cuatro décadas y media a sus espaldas la banda de Berkeley se puede permitir que cada uno de sus conciertos sea distinto, pero sin dejar de ser lo que cualquier fan de la banda (sea la primera o vigésima vez que los ve) espera encontrarse. Numerosos hits (un “I wanna be your boyfriend” casi al principio, como si pudieran prescindir de su tema más conocido para los momentos de mayor ignición que llegarían al final del bolo… “Hit the nerve”, “Hard to get”), pero capaces de dejarse en la cartuchera balas como “Rock and roll is dead” o “Arcade Queen” (¿qué más da?, les sobran canciones) En la coctelera de The Rubinoos se siguen agitando los componentes de siempre, demostrando lo equivocado de despacharlos como una banda de power-pop. Hay power-pop, claro, del épico (si otros años se traían a los Raspberries bajo el brazo con Al Chan dejando un impecable “Tonight” ahora se atreven con una de las muchas joyas de los galeses Badfinger, “No matter what”), hay rock’n’roll (un “Shake Some Action” a cuyas excelencias vocales los actuales Flamin’ Groovies quizás no puedan llegar), hay doo woop, high school, ecos a Joe Meek (ese certero “Telstar” afilado por la guitarra de Tommy Dunbar), hay voces y armonías y en definitiva todo lo que conforma el rock and roll bajo el prisma de unos chavales californianos que hicieron realidad su sueño hace 45 años. La complicidad entre Rubin y Dunbar sigue siendo maravillosa, su gusto por los “speechs” y las bromas de todo tipo (desde ese juego de palabras entre el “Mr. Sandman” de Pat Ballard y el "Enter the Sandman" de Metallica con el que iniciaron el show para abrir con la espléndida canción vocal que popularizaron The Chordettes hasta continuas chanzas sobre el nuevo presidente de los Estados Unidos, personaje que nos tememos va a dar mucho juego para el mundo del rock and roll) ya son marca de la casa. The Rubinoos siguen entendiendo sus bolos como multitudinarias reuniones de amigos, pero no dejan de rockear duro. Y es que para el final del concierto se guardaron una generosa traca para ponernos la piel de gallina con su deliciosa lectura del "I think we're alone" de Tommy James & The Shondells, vibrar puño en alto con "Amnesia", y hacer temblar los cimientos del Wurli con un vigoroso "Party till we die", e incluso homenajear a aquellos gamberros de Queens que empezaron en esto poco después que los de Berkeley, The Ramones, claro.

 

Lo que viene a ser "otro día en la oficina" en la vida de The Rubinoos. Para nosotros, un regalo.  

 

Fotografía: Fernando Beat del Río  

 

Autor: Pepe Kubrick

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